«¡Qué bonita es!» se alegró el osito al descubrir una extraña planta en su jardín. Cada día, el osito la regaba y la protegía del sol y nunca olvidaba darle las buenas noches antes de irse a dormir. Pero por más que la cuidaba, no crecía.
¿Qué es lo que puede pasar? ¿Por qué no florece? Tal vez haya que ver las cosas desde otro punto de vista para entender qué es lo que está sucediendo.